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El as debajo de la marca

En algunas conversaciones, es común que escuchemos “está pagando por marca”. ¿Qué alcance tiene esta pregunta? ¿Qué es una marca? ¿Está bien pagar por ella? ¿Cómo se gana el prestigio una marca? ¿Es el producto que vende? ¿Es el presupuesto publicitario que invierte? ¿Es todo eso junto?

Hoy desde Potenza Estudio, queremos reflexionar un poco sobre las marcas, qué implica este concepto que circula como moneda corriente pero que requiere de mucho esfuerzo para ser sostenido.

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Hoy nos encontramos en un mundo altamente competitivo, con un consumidor más “empoderado”, y especialmente en un contexto sensible, que convoca a las empresas y negocios a posicionarse desde otro lugar.

La marca más que un producto o  un momento, es la suma de ambos y es el contacto a lo largo del tiempo lo que luego será la marca que el consumidor retendrá en su mente.

Así, desde la elección de su identidad, el registro de la marca en un estudio de marcas y patentes, la estrategia para ofrecer el producto o servicio en el mercado, las comunicaciones y publicaciones al público, el trabajo de marca es un conjunto de piezas que buscan ser encastradas casi a la perfección para que el resultado sea una reputación corporativa notable, traducida en ventas y en fidelización de los clientes.

Entonces, ¿cuál es el as debajo de la manga de las marcas?
“LA” marca (y cuidar la marca)
No sólo se trata de crear la marca sino también de cuidarla. Si bien muchas veces el producto/ servicio es el que cobra el protagonismo, es la marca la que debe servir de soporte fundamental, dado que ella es al activo principal de una compañía. Por ejemplo, si el producto pasa de moda o ya no es necesario, ¿qué nos queda?

Estrategia
Dicen los “gurús” del siglo XXI que si una buena idea no está soportada con una estrategia, queda en la nada. Esto es 100% real. La estrategia es lo que define el cómo, por lo que hay que tomar una decisión en base al camino a seguir. ¿Será una estrategia que ponga énfasis en la calidad del producto o mejor en el precio? ¿Interesa destacar la diferencia del producto o serán los beneficios comerciales la bandera de conquista?

Estar presente
La estrategia comercial ya no puede ser la única que empleemos en la difusión. Una marca tiene que ser recordada y querida por estar allí para el cliente cada vez que necesita una solución. No se trata sólo de reparar en el aspecto económico, sino de poder tomar contacto y ofrecer servicio. Una marca que da respuestas y que se responsabiliza vale mucho más para su comunidad que aquella que sólo se dedica a salir en televisión.

Innovar, sorprender
El consumidor del siglo XXI es un consumidor exigente. Acostumbrado a la perfección o a las miles de ofertas de la competencia, es un reto mantenerlo conforme. Es por eso que las marcas deben luchar por sorprender e innovar para no caer en la rutina de ser siempre los mismos. Escuchar al público ha sido y es siempre la mejor forma de tener un termómetro de la situación.