La “espinaca” de las marcas
Así como Popeye tenía su secreto para ser fuerte e imparable, también las marcas tienen su espinaca para ser memorables, y no se trata de un secreto ni de una fórmula mágica. La clave está en sistematizar ciertas prácticas (porque en muchos casos ya se ejecutan) y concederles importancia: aunque parezca mentira, aún hoy hay quienes creen que para tener un negocio exitoso, basta con tener un producto interesante o un servicio de calidad.
Este siglo es el de la proliferación de los negocios y las marcas, por lo que cada vez hay que trabajar más para diferenciarse. ¿O acaso usted recuerda todas las publicidades de todas las marcas que vio mientras hojeaba una revista? Tras varios años de experiencia en marcas, desde Estudio Potenza compartimos algunos criterios y decisiones que siguieron las principales marcas del país para conquistar a sus clientes.
Precisión en el “soy” de la compañía
Antes de empezar, incluso antes de registrar su marca, los dueños de una idea se preocuparon por definir la personalidad de la marca. Sofisticada o joven, rupturista o clásica, etc. En base a eso, empezaron a trabajar la identidad visual que traduciría esos atributos en lo gráfico.
Mucho mejor si también se construye un relato sobre su historia, que resulte inspirador y que despierte confianza. En este camino de plantarse al mundo, las empresas que apuntan a ser grandes, no sólo son las primeras en creer en ese relato sino que además confían en lo que hacen desde el primer momento. Por eso, no demoran en registrar su marca, ya que no se les ocurre poner en riesgo su idea y su trabajo.
Objetivos Claros
Saber a dónde se quiere llegar es la clave para empezar a caminar. Conocer los objetivos tiene enormes implicancias no sólo en la estrategia general, sino en el pulso cotidiano: los empleados saben para qué trabajan, sirve como motivador para saber si estamos cerca o lejos, etc.
Conexión
Una paradoja de hoy: estamos cada vez más conectados y al mismo tiempo, más descomunicados. ¿Entonces? Las marcas memorables se ocupan de ofrecer verdaderas experiencias a sus clientes, de estar cerca, de hacerles saber que los escuchan y que les importan. No se trata de habilitar numerosos canales de comunicación, sino de ofrecer atención de calidad en el momento justo. También es importante saber decidir en dónde queremos estar: no siempre se puede abarcarlo todo.
Creatividad
Apostar a ser creativos también quiere decir que tenemos que ser memorables. Esto quiere decir que muchas veces las acciones publicitarias y de marketing son tan rebuscadas que confunden y no logran el objetivo de identificar la marca. Entonces, al momento de apostar por la creatividad, tenemos que buscar un cable conductor de todo aquello por lo cual queremos que nos recuerden.
Aprendizaje
Una marca sabia es aquella que aprende de sus aciertos y desaciertos. Es la que se ocupa de recolectar opiniones y comentarios de sus familiares, amigos, inversores, colegas, empleados y clientes. Todas le parecen importantes porque le hacen ver desde diferentes puntos de vista las decisiones tomadas y por tomar.